martes, 9 de junio de 2009

El ultimo dragon capitulo 15 y 16

Todo empezo cuando un forastero encontrò a Wille atado a un àrbol, entonces lamprincesa fue y lo solto, que le pudiera confesar algo, pero no logro nada.En otro lado amsel, recordaba su casa que mando se, cuando de pronto le apareció, una nave de viento en ella; venían dos forasteros que al principio quisieron atacarlo pero después lo ayudaron; pero como amsel estaba cansado se soltó de la cuerda donde se estaba subiendo cayendo al agua.En el pueblo Jondalrun contempló a los niños de Tamberly, estaba muy claro que las niños permanecían ajenos a los preparativos de la guerra, Jondalrun se alejó lentamente de la plaza, incapaz de seguir contemplando a los niños; Momentos después, aparecieron dos hombres cubiertos de hollín y de cenizas. Sus manos estaban llenas de pergaminos, libros encuadernados y objetos, etc, que Jondalrun no había visto nunca; rescatados de las ruinas de la casa del ermitaño. Cogiò un gran tubo negro que fue chamuscado por el fuego. Lo manoseó con gesto agrio, investigando sus indudables orígenes de hechicero.Amsel era un hechicero, . Los hombres se observaron con inquietud, pues habían transportado todo aquello a lo largo de muchos kilómetros. Jondalrun tomó de la mesa uno de los rollos de pergamino, también chamuscado y quebradizo. Con extremo cuidado, desenrolló una parte. Jondalrun sabía leer bastante bien, pero no entendió nada de lo que estaba escrito, en aquel documento, a pesar de que las letras le resultaban extrañamente familiares.Utilizaremos sus propias obras contra él y sus aliados dijeron. Este mapa nos ayudará a realizar la invasión. Es muy justo que el asesino de su hijo contribuya a la destrucción de su propia gente. Después dijo ¿encontrado pruebas de que Amsel haya muerto? Los hombres contestaron. En los restos de la casa había una gran cantidad de huesos chamuscados.Horas después, por Tamberly corría ya la noticia de que se habían encontrado pruebas concluyentes de que Amsel era un espía simbalés, lo cual despejó las dudas; los Ancianos regresaron a sus respectivos pueblos para preparar a sus gentes. Cada pueblo contribuiría con cien hombres para formar el ejército. No fue difícil encontrar a hombres dispuestos a combatir, pero otro asunto muy distinto era encontrar armas para ellos. Los hombres prácticamente hacían cola, en su afán por salir a derrotar al odiado enemigo y proteger así a sus familias También se comentaba mucho y con gran preocupación qué sería de las mujeres y los niños si los hombres del pueblo no volvían. Si Fandora no se protege ahora, los hechiceros se atreverán a preparar nuevas y más graves invasiones de nuestra tierra.Como resultado, fueron muchos más los hombres que por, vergüenza o por miedo, se alistaron voluntarios. El siguiente paso fue trasladar toda la gente del pueblo a Tamberly. Casi todos habían oído comentarios acerca del ataque a Gordain y algunos incluso habían visto las Naves del Viento frente a las Costas de Simbala el peligroso estrecho para enfrentarse con las armas a los hechiceros del este.Entre quienes lo observaban alarmados, se encontraba Dayon, un joven navegante que acababa de regresar de una arriesgada travesía a través del estrecho. Me temo que no son meros comentarios. Esos condenados de Tamberly están empujando a Fandora a la guerra. ¿Tamberly? ¡Ése es mi pueblo! Entonces conocerás al Anciano Jondalrun, ¿no? Ese Alto Consejo. Jondalrun es mi padre respondió Dayon con una sonrisa. Los dos hombres echaron a andar entre la creciente multitud, encaminándose a la habitación de Tamark detrás de la tahona. La oscura silueta de un caballo y su jinete emergió de la cortina de niebla que envolvía el precipicio y la roca pelada. El caballo se detuvo y el jinete lo desmontò. Era Viento de Halcón, levantó la antorcha e iluminó los húmedos muros. Se dirigieron hacia un recodo y se encontraron ante una perturbación a la derecha, el camino mostraba una pronunciada subida; a la izquierda, una bajada igualmente acentuada. Viento de Halcón tomó el de la izquierda. Después de cruzar, hicieron un alto para que Viento de Halcón pudiera vaciar sus botas del agua que le había entrado salieron del pasadizo y se encontraron en una gran cavidad de la roca. Estaban en uno de los enormes ojos vacíos de la roca en forma de cráneo. Detrás de ellos sé escuchó el ruido de una pisada sobre la piedra. Un hombre venía jadeando como si hubiera cruzado los pasadizos a la carrera. Se volvió rápidamente Viento de Halcón entregó su antorcha al soldado. Se fue sin decir adiós, el monarca desapareció a toda prisa por el pasadizo. La niebla y la bruma baja se habían espesado, envolviendo los árboles subieron a sus monturas e .iniciaron la marcha a un paso fácil que los caballos fueran capaces de mantener toda la noche. Sin embargo, no habían avanzado mucho cuando Willen advirtió un extraño sonido que se alzaba por encima de las pisadas regulares de sus corceles Al principio creyó que era un enorme murciélago, pero luego dio cuenta de que se trataba de un halcón, que sobre volaba las cabezas de los caballos con las garras extendidas. En ese instante, la luna iluminó el rostro del intruso y el hombre de los Bosques del Norte se quedó boquiabierto al reconocer al monarca de Simbala, el monarca clavó la vista en Willen.Dayon encontró Tamberly mucho más pequeño de lo que recordaba. Una densa niebla procedente del mar envolvía las calles y las casas. El Bosque Gris, en la trastienda, preparando planes de guerra con el anciano Pennel Cruzó la plaza apresuradamente y entró en la taberna. No le apetecía enfrentarse a su padre, pero la muerte de Johan lo impulsaba a presentarse ante él. Al menos, se dijo Dayon, podría ver pronto a su madre, la había echado muchísimo en falta durante los dos últimos años. Llamó a la puerta Jondalrun la abrió de un tirón, lanzó, una mirada colérica a Dayon y dijo con voz estentórea ¿Has venido a alistarte? Dayon temió por un instante que su intento de entrada teatral hubiera sido demasiado para su padre. . Los dos hombres se miraron en silencio durante un instante, sin saber qué decir.Alguien tenía que empezar, se dijo Dayon, de modo que fue el primero en hablar. El padre y el .hijo permanecieron frente a frente en silencio una vez más, y fue como si los años se hubieran convertido de pronto en polvo.Un ejército se estaba congregando en las colinas sobre TamberIy. Un ejército de hombres cansados, ateridos de frío y hambrientos. Veinte pueblos habían enviado a un centenar de hombres cada uno y allí estaban ya los primeros en llegar, de Borgen y de Jelrich. Habían realizado una larga marcha, .dispuestos a pasar la noche en camas blandas y calientes, con la panza llena de buenas comidas. Unos doscientos, portando antorchas y lanzando gritos de entusiasmo, bajaron atropellada mente hacia TamberIy.

1 comentario:

  1. Jennifer:

    Hasta la fecha debes llevar del 1 al 24, no solo hacerme el resumen del 15 y 16, tarea incompleta.

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